Sigo sin dar crédito al horror de anoche. Los supervivientes han estado llegando desde el ocaso, pero no son tantos como cabía esperar.
Lo que más me preocupa es el paradero del Príncipe Markus. Necesitamos su liderazgo más que nunca, pero nadie parece saber dónde se encuentra. Imagino que Omnis ya habrá empezado a buscarlo y, de paso, intentará desentrañar la causa de todo esto. Solo queda preguntarse dónde está Omnis.
De momento, solo han llegado dos dignatarios de la Camarilla local. Una es Maia —primogénita Toreador y Arpía—, y el otro Kirill, nuestro Sheriff Brujah. Ambos son competentes a su manera, pero se requiere algo más que dotes de manipulación o fuerza bruta para sobrevivir a noches como esta.
Mirándolo por el lado bueno, algo me dice que tendremos tiempo de sobra para conocernos mejor. Fisgonear no es lo mío, pero quizás sea el momento de investigar el papel que Maia tuvo en la caída de Gaspard. Y quién sabe, igual hasta Kirill me cuenta qué relación tiene con la representante Anarquista, Sasha Esser, sin soltarme la amenaza de turno. Aunque también podría invertir ese tiempo en localizar a mi incorregible chiquillo...
Bueno, ya va siendo hora de atender mis obligaciones como Guardián del Elíseo. Entre los mortales y los Anarquistas que enturbian nuestra ciudad, confío encontrar a campeones idóneos para nuestra causa entre los recién llegados. ¡Tenemos que llegar al fondo de esto!
– Diario personal de Custos