Esta noche le pedí a Omnis que me hable de los orígenes del clan Nosferatu. A modo de respuesta, atisbé el resplandor de una sonrisa bajo la máscara, que asomaba entre unos labios repletos de cicatrices y sus colmillos torcidos, apenas visibles. Una sonrisa de suficiencia. "Provenimos de la ciudad que subyace bajo la primera ciudad", replicó. "Y siempre vigilamos". La típica respuesta ambigua de los Nosferatu: ni mienten ni dicen la verdad.
Los Nosferatu siempre me repugnaron. No soportaba la visión de esas criaturas deformadas por una antigua maldición o por su estrecha relación con la bestia. Ya no. He comprendido que ningún Príncipe podrá gobernar en Praga sin las Ratas y sus madrigueras subterráneas. Joseph Zvi y los de su clan ostentaron el poder durante 800 años, lo que le supuso el título del Príncipe más longevo de la ciudad... hasta que llegué yo, claro. Jamás cometería la irresponsabilidad de provocarlos. Omnis me ha demostrado una y otra vez cuánta razón tengo. Su red de espías, monstruos, mendigos, drogadictos, gatos, murciélagos y hackers contribuyó a la supervivencia de mi dominio más veces de las que recuerdo.
Como casi todos los miembros de su clan, Omnis encarna lo opuesto al histrionismo de los Toreador. Casi se diría que, a fuerza de su fealdad exterior, ha conservado la pureza en el interior. Es un vástago puro, sabio y muy precavido, por lo que cuenta con mi plena confianza. Por otra parte, sé que la ciudad perteneció a los Nosferatu en su día, por lo que a más de uno le costará olvidar los viejos tiempos. ¿Omnis pensará igual?
A diferencia del resto de los clanes, las Ratas mantienen el contacto con su prole Anarquista. Le otorgan más valor a la sangre que a la ideología. Si los Anarquistas Nosferatu de Praga llegaran a constituir una verdadera amenaza, me esperan dos tipos de atacantes: los Merodeadores y los Saboteadores.
Los Merodeadores son cazadores. Me estremezco solo de pensar en escuchar los ecos sordos de una bandada de familiares murciélagos mientras me persiguen sin piedad. ¿Cómo se protege alguien ante eso? Solo se me ocurre intentar escapar. Pero, aun así, si se empeñan en herirme, la habilidad que tiene el Merodeador para oler la sangre de las heridas más cerca de lo que me gustaría me convertiría irremisiblemente en su presa. Entonces, ¿la mejor opción pasaría por infiltrarse y operar a través de terceros? Si no existieran los Saboteadores, sí.
Ellos tienen otros métodos para encontrar a sus objetivos. Muchos trabajan como ingenieros o hackers, y han dominado la habilidad de volverse invisibles durante horas. Aunque no son indetectables del todo, no me cabe duda de que sabrán encontrar una brecha en mi seguridad. Además, vendrán armados con bombas caseras repletas de gas mezclado con sangre, elaboradas en algún tenebroso laboratorio de metanfetamina en las entrañas del cementerio.
Me da la sensación de que todos los Nosferatu de Praga saben fundirse con las sombras. Se mueven rápido y pasan desapercibidos. Jamás lograré prever sus ataques si vienen por mí. Pero Omnis sí. Rezo cada noche por que me devuelva con su fidelidad la confianza que deposito en él.
– Fragmento de "Reflexiones del Príncipe Markus: los que moran entre las sombras".